SAN LUIS POTOSÍ. MÉXICO. LUNES 8 DE OCTUBRE DE 2010.- La comunidad intelectual del Estado de San Luis Potosí, México, acusa a Fernando Carrillo Jiménez, de ser “un obeso parásito de la cultura”.

Herencia burocrática de Marcelo de los Santos Fraga, el ahora Secretario de Cultura, se protege en la frondosa sombra de Juan Carlos Quijano González, hijo del tesorero del estado, Jorge Quijano Guerrero. Juan Carlos Quijano González es el Director Administrativo de la Secretaría de Cultura del Gobierno del Estado de San Luis Potosí. ¡Qué Bonita Familia! Padre e hijo en la nómina. Uno compra, administra y el otro da el dinero. ¡Viva la Familia!

Cuando lo acusan de nepotismo contesta como le enseñó Marcelo ¿y qué?

Para atestiguar el segundo fracaso de la capital potosina en lograr la nominación de la UNESCO, como patrimonio cultural de la humanidad, Carrillo Jiménez gastó 130 mil 418 pesos. Fue testigo del primero con el gobierno de Marcelo de los Santos Fraga. Bien pudo esperar sentado en su oficina un e-mail. Pero ¡No!, con dinero ajeno se fue de paseo y se llevó a su efebo José Francisco Guevara Ruiz.

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Sábado 14 de agosto de 2010.

• Gastan $130 mil por presenciar fracaso. Eso erogó Cultura en viáticos a Brasil para atender frustrada declaratoria de UNESCO. El viaje para atestiguar el segundo fracaso de la capital potosina para lograr la nominación de la UNESCO como patrimonio de la humanidad costó 130 mil 418 pesos. Ese monto cubrió los gastos de traslado, hospedaje y alimentación en los últimos días de julio y los primeros de agosto del secretario de Cultura, Fernando Carrillo Jiménez y de José Francisco Guevara Ruiz, director de la Coordinación Técnica Estatal de Protección del Patrimonio Cultural a Brasilia, donde se celebró la reunión de la UNESCO. De acuerdo al informe número 286010, de la Unidad de Transparencia de la Secretaría de Cultura, se respondió a la solicitud de información pública que realizó PULSO para conocer dichos gastos, sin embargo, no se especificó la línea aérea y hotel en donde se aplicaron dichos pagos. A cargo del secretario de Cultura, Fernando Carrillo Jiménez, se pagaron viáticos globales de 63 mil 448.49 pesos, desglosados en 41 mil 569.66 pesos en hospedaje y alimentación y otros 21 mil 878.83 en transporte. Al director de la Coordinación Técnica Estatal de Protección del Patrimonio Cultural, José Francisco Guevara Ruiz, se asignaron viáticos por 66 mil 970.34 pesos. De ese monto, se gastaron 25 mil 400.68 pesos en transporte, es decir 3 mil 521.85 pesos más que el propio secretario de Cultura en el estado, mientras que para hospedaje y alimentación, se le asignó la misma cantidad que a su superior, 41 mil 569.66 pesos.

Rodeado de gays, lesbianas y niñas fresa de apellido Dibildox, Artolózaga, López, Palau, Lozano, Carrillo Jiménez ha creado su propio imperio. Sin la sensibilidad social para financiar planes y programas de cultura popular en los municipios del Estado, Fernando Carrillo Jiménez, mejor conocido en el bajo mundo de los congales como “EL MARACAS”, se dedica a despilfarrar el dinero de los potosinos en viajes y orgías romanas.

El verdadero mérito de Fernando Carrillo Jiménez – explican los intelectuales –, “es haber regenteado un antro de vicio de nombre La Acequia, ubicado en la Avenida Carranza y Uresti, a un costado del desaparecido restaurante La Corriente”.

Su entonces amo, Roberto Vázquez – quien durante el sexenio de Marcelo de los Santos Fraga se casó por lo menos 2 veces, pagando sus viajes de luna de miel y las ceremonias religiosas, con el dinero del pueblo potosino –, fue escucharlo tocar los mejores éxito de la música antillana.

Por esa misma época la comunidad gay y lésbica “les hizo un homenaje muy sentimental. Inolvidable. Hubo lágrimas, abrazos, besos y muchas risas”.

“Era una época de bohemias” – recuerdan –. Fernando Carrillo Jiménez “no  salía de la cantina EL BANCO BAR”, donde iba todos los días a comerse la botana. Hoy desayuna con pañales de seda.

Su última hazaña financiera fue traspasar la licencia de funcionamiento del antro “EL GREKO”, donde abrió un congal de mala muerte de nombre MAMÁ RUMBA, que, como todo lo que hace, “fue un absoluto fracaso financiero”.

Le ha dejado más lucrar con los permisos de los congales y antros gay, que su afición por la música o su trabajo como Secretario de Cultura.

Da pena ajena que el secretario de cultura del gobierno del estado de San Luis Potosí, México, tenga tan bajo perfil intelectual y moral.