EL CURA ALEJANDRO SOLALINDE ESTÁ, BAJO LA AMENAZA DE MARAS Y ZETASPor Univisión.com
MÉXICO. 29 DE DICIEMBRE DE 2010.- El padre Alejandro Solalinde ha vivido unas fiestas muy diferentes a las que está acostumbrado a pasar cada año. Tras haber revelado el secuestro de 50 centroamericanos en el mexicano estado de Oaxaca, ahora vive bajo la amenaza de muerte de Los Zetas y de la Mara 13, quienes le exigen que entregue a los 15 jóvenes que lograron escapar de sus garras.
Solalinde es el encargado del albergue para migrantes llamado 'Hermanos del Camino'. De un día para otro este sacerdote se ha convertido en el hombre más amenazado y buscado por los grupos criminales en México.
Aunque confesó a medios de comunicación que trata de estar tranquilo, todos en la institución están vigilantes ante el temor de que en cualquier momento entre algún sicario para quitarle la vida.
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"El problema es que mientras usted y yo hablamos, la mafia sigue secuestrando gente y las autoridades haciéndonos el vacío porque este es un tema en el que están involucrados funcionarios, policías locales, alcaldes... Se sabe quiénes son", aseguró a La Primera Plana en su versión digital.
"Tengo claridad de que me van a matar"
La comunidad eclesiástica y católica de México ya han mostrado su solidaridad a Solalinde Guerra, que quien como su segundo apellido lo indica, está dispuesto a pelear hasta el final.
"Aquí me matan, aquí me quedo. Ni muerto me sacarán del albergue", expresó en El Universal online.
Entre las peticiones que Solalinde ha hecho a sus superiores destaca el hecho que dé aunque lo maten, se siga con la labor altruista que hasta el momento ha desempeñado además de ser enterrado en el espacio que construyó dentro del mismo albergue.
El párroco de 65 años de edad confesó a El Universal que sabe que su fin está cerca: "tengo la claridad que me van a matar. Aunque no tengo miedo a la muerte, me impresiona la inminencia de un fin. Entiendo que estoy trastocando intereses fuertísimos, enemigos que ni siquiera dan la cara, pero existen y son poderosos", declaró al diario mexicano.
Movimientos religiosos no han sido los únicos que han apoyado al padre Solalinde, la misma Comisión Nacional de Derechos Humanos, la Policía Estatal y el Ejército se han encargado de vigilar, día y noche, el mismo albergue.
Además el sacerdote Alejandro Solalinde denunció la enorme corrupción de policías y funcionarios con la delincuencia en la zona del sur de México, donde presuntamente medio centenar de indocumentados fueron secuestrados el pasado 16 de diciembre.
"Yo tengo claro que lo que más afecta aquí son los funcionarios, las personas corrompidas que están en estos negocios" relacionados con acciones para lucrar contra los inmigrantes que viajan en tren hacia Estados Unidos, dijo Solalinde.
"Tenemos el enemigo en casa", sostuvo el también activista y máximo responsable del albergue Hermanos en el Camino, ubicado en Ciudad Ixtepec, quien alega que la corrupción anida "sobre todo" entre agentes de corporaciones policíacas que operan en la zona.
Según Solalinde, que se basa en testimonios de algunos indocumentados, el pasado 16 de diciembre ocurrió un secuestro masivo cerca de la localidad de Chahuites, en Oaxaca, que las autoridades mexicanas están investigando después de que ayer lo pidieran los gobiernos de El Salvador y Honduras.
"Hubo detonaciones, gente armada, con machetes y armas de fuego", explicó el sacerdote, quien desconoce qué grupo armado podría estar tras los hechos pero que dijo que sus miembros vestían ropa oscura.
Según Solalinde, el presunto secuestro ocurrió después de que las autoridades migratorias mexicanas montaran un operativo contra indocumentado en el que 92 de ellos fueron interceptados.
Millas más adelante los presuntos captores pararon el tren, de madrugada, y secuestraron a los inmigrantes "pero dando prioridad a las mujeres y a los niños", agregó.
"Los maquinistas siempre colaboran con ellos porque están involucrados en eso", lamentó.
Tres inmigrantes lograron escapar del lugar del presunto secuestro y son los que, aterrados, proporcionaron la información a Solalinde y a la cónsul de El Salvador en México, Vilma Mendoza, aseguró el sacerdote.
El pasado 20 de diciembre el propio Solalinde, acompañado de uno de esos indocumentados, cuya identidad no facilitó, acudió a la zona con el Ejército y otras autoridades del estado de Oaxaca, en un operativo -en su opinión- "muy mal hecho" en un rancho en el que no encontraron indicios del secuestro.
Criticó a los militares y autoridades locales que participaron en este operativo por su falta de celo en la acción.
El sacerdote consideró que en esta región de México se está formando "un grupo bastante fuerte", con "infraestructura, armas y todo, como para poder hacer próspera la industria del secuestro".
Las bases del grupo estarían en "los maras, Los Zetas y la delincuencia local", así como en "servidores públicos, que lejos de servir a su patria se la han pasado robando" en los últimos años, agregó.
"Yo no quiero ya más palabras. Que lo hagan (...) y que den resultados. Aquí la única opción es esa (...) que los encuentren, que castiguen a los culpables, que detenga a esa gente y sobre todo que se prevenga para que no vuelva a haber otro secuestro", concluyó.
El pasado 11 de noviembre la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) pidió a la secretaría de Gobernación (Interior) "medidas cautelares" a favor del sacerdote y de los habitantes del albergue Hermanos en el Camino "al considerar que su vida e integridad física corrían peligro", según un comunicado.
Además este organismo con funciones de Defensor del Pueblo explicó que en relación con el presunto secuestro ha abierto un expediente de queja e iniciado la investigación en la que hasta el momento ha recabado 18 testimonios de indocumentados.
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