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ACARREAN 1,000 INDÍGENAS, PARA UN MITIN DEL PRI.

● En Axtla de Terrazas, los mantuvieron asándose bajo una lona a 47 grados.

LA CEIBA, AXTLA DE TERRAZAS, SAN LUIS POTOSÍ, MÉXICO ● Bajo la carpa el calor es infernal.

Si a la intemperie el termómetro marca 47 grados, bajo el techo de hule, con seguridad serán unos siete grados más, es decir, 1,000 indígenas estuvieron 3 horas, a 54 grados de calor extremo.

El aire caliente se estanca adentro.

Los que están ahí, por compromiso, porque son empleados, o fueron acarreados, sudan a borbotones.

Al final del acto repartieron los Big Cola de 3.5 litros, y los zacahuiles para los acarreados. Pero por cierto, la comida no alcanzó. Hasta en eso fallaron.

Los indígenas que fueron a comer de gorra aprovechando el acarreo del PRI, se regresaron enojados a sus casas, construidas con techos de palma y pisos de tierra, con la esperanza de que haya un nuevo mitin, otras campañas electorales, o que ahora sí, les manden el dinero prometido para poder matar el hambre. Después de todo “la esperanza muere al último”.

“Hey, que se oiga el grito de las mujeres huastecas, más fuertes, uh, así no se recibe al señor gobernador”. El palero que estaba sobre el estrado trataba de animar al más viejo estilo priísta (parecía que esta frase ya nunca se iba a usar) a los casi mil asistentes, la mayoría de ellos de las etnias Nahuatl y Tenek que fueron llevados acarreados al acto donde se firmaría el compromiso para el año 2013, de la COMISIÓN NACIONAL PARA EL DESARROLLO DE LOS PUEBLOS INDÍGENAS (sic) y el gobierno del estado. Para tal efecto se instaló una mega carpa en el poblado de La Ceiba en el municipio de Axtla de Terrazas, San Luis Potosí.

Es una vergüenza, dice una joven Tenek, nos utilizan, usan nuestras danzas para halagar al señor de pelo rubio y ojos de color azul, las danzas son la ofrenda a la naturaleza, a los ancestros, al espíritu de la tierra, a nuestros mayores, pero aquí se hace la voluntad de los políticos, de los que ordenan, de los que son caciques y quieren honrar al gobernador.

Y en efecto, se sucede una danza tras otra “sin ton ni son”, porque nadie las ve, a los presentes no les agrada que esto suceda pero no les queda de otra, puesto que “van a recibir millones de pesos en obras”(¿?), o eso es lo que les dicen sus presidentes municipales.

A un costado hay un enorme recipiente de plástico lleno de refrescos y de botellas de agua purificada. Las indígenas le piden agua al que está encargado del lugar, éste dice en forma tajante: “Quieren un vaso con refresco, tómenlo, pero agua no, el agua es para la gente que va a estar en el estrado, y ya saben, esas son órdenes, y nosotros estamos para cumplir, y hacer cumplir las órdenes”, dice en forma tajante el hombre con aspecto castrense.

De nuevo el payaso parlante quiere levantar el ánimo, “vamos a hacer la ola, de izquierda a derecha, todos listos”, ya nadie se acuerda de qué es eso de la ola, si es que por estos rumbos alguien vio el Mundial de Fútbol México 86, la gente no responde, el sujeto, se incomoda, no es lo mismo darles cuerda a los acarreados de la capital que a los de la Huasteca, se desconsuela y pide que toquen los de la banda, la auténtica y Arrolladora de Santo Domingo.

Llegan algunos de la avanzada, gente que estuvo minutos antes en otro acto del gobernador, uno de ellos comenta: “Que pinche arrastrada le dieron al mamón de Christian Sánchez, en Coxcatlán, el delegado de la etnia Nahuatl ante el consejo de la CDI, Francisco Hernández García, le dijo al gobernador y a la directora de la CDI, que éste “huella” nada tiene que hacer en el consejo, si es güerito, de ojos azules y rico, que nunca ha dormido en el suelo como los indígenas, que entonces cómo los va a entender”.