Las Elecciones y el Día Después.
"Mientras se gana algo, no se
pierde nada": Refrán de Sancho Panza.
Como muchos ya lo avizoraban, los procesos
electorales en 14 estados de la República, iban más allá de obtener las
posiciones en disputa. Se trata prácticamente, a volver a competir en la mitad
del país, que aún sin superar las diferencias de hace un año, cuando fue la
presidencial, retornando a una campaña nacional, los partidos políticos de
oposición tienen la oportunidad de acreditar fuerza, apoyo, respaldo y construir
equilibrios.
En consecuencia, las lecturas electorales
tienen un sentido de mayor amplitud, pues la lógica no se contrae únicamente al
espacio local, la connotación nacional también juega un papel
sobresaliente.
No fueron como estábamos acostumbrados, ahora
las campañas son cortas pero intensas, estuvieron plagadas de denuncias y guerra
sucia, también llamada propaganda negra, con la intervención de gobernadores,
grupos armados, noticias falsas, detenciones selectivas, delincuencia
organizada, sobresalió la corrupción y la impunidad, quedando las conductas sin
sancionar.
Por otro lado, era una aduana necesaria, por la
cual había de transitar. Ha sido un camino lleno de piedras, que sin duda alguna
cambia el contexto político actual, eso significa que están completamente
rebasadas tanto las reglas políticas, como las autoridades encargadas de
aplicarlas, quizás, esa sea la primera conclusión.
La escasa participación ciudadana es otro
elemento que llama la atención, ya que puede tener múltiples interpretaciones,
sin embargo, el hecho real de no acudir al llamado de la democracia implica un
desanimo, carencia de confianza, falta de motivación y hasta frustración social.
Este apartado necesita especial tratamiento y concienzudo análisis, debe ser
motivo de preocupación y de acción.
Dentro de la competencia, la alianza PAN - PRD
tenía como objetivos arrebatar al PRI todos los espacios posibles y, éste a su
vez, conservar sus posiciones y ganar la gubernatura de Baja California. En
términos generales, las contiendas fueron muy cerradas y, aún hoy siguen las
disputas judiciales. ¿Quién gana y quién pierde?, en principio, la Elección más
importante por estar en juego la gubernatura, es Baja California, que la retiene
Acción Nacional.
Al igual que se consolida en Puebla, Tlaxcala y
Aguascalientes, con significativos avances en Coahuila y en la zona fronteriza
de Tamaulipas, consigue triunfos significativos en Boca del Río y Córdoba en
Veracruz. En contrapartida, el Revolucionario da la sorpresa en Quintana Roo,
obteniendo el ayuntamiento de Cancún (Benito Juárez), conserva buena parte de
Veracruz, Durango e Hidalgo y avanza en Sinaloa y Oaxaca, este último sigue muy
peleado.
El PRI gobernaba 12 de las 14 capitales en
disputa, de las cuales pierde cuatro: Mexicali, Aguascalientes, Tlaxcala y
Saltillo. Puebla lo ratifica el PAN y Oaxaca se encuentra en empate Técnico con
diferencias que no llegan a mil votos.
Los resultados que obtuvo el PRI seguramente no
eran los que esperaban, venían de una racha acompañada de triunfos, aunque ahora
enfrentan la calificación de sus gobiernos y la ciudadanía les cobro facturas.
Por su parte, el PAN, que no se encuentra en su mejor momento, recupera
confianza del electorado, circunstancia que viene bien en estos tiempos, ya que
sube el ánimo de sus militantes y simpatizantes, solo que ahora debe tener mucho
cuidado para no volver a tropezar con la misma piedra.
El cartero siempre toca dos
veces.
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