A CUATRO AÑOS, ¿QUE ESPERAMOS DEL INFORME?
Después de cuatro años de administración torancista,
prácticamente en la antesala de la culminación del sexenio y conscientes que
regularmente los últimos dos años se utilizan para concretar los proyectos y
preparar la salida, por lo tanto, el momento es propicio para realizar un
balance, un corte de caja entre lo dicho y lo hecho, entre las acciones y los
resultados, además de lo pendiente por aterrizar.
Al inicio de este sexenio, el discurso central se ubico
quejándose sobre la deuda heredada, argumentando que le impedía hacer obra pública,
por otra parte, hablo y se comprometió a mejorar sustancialmente la enorme
inseguridad que padecíamos los potosinos. En cuanto a la deuda, simplemente
paso de la justificación a los pretextos recurrentes en estos 48 meses de
gestión, cuestión de la que estamos cansados, pues además contrasta con las
aseveraciones triunfalistas de cada año en las que asegura haber conseguido más
recursos del presupuesto nacional para el estado.
El hecho real y además ampliamente difundido es que la deuda
se renegocio, se amplió el plazo y le dejan el compromiso para su pago a los
siguientes gobiernos, únicamente y a regañadientes se ha cumplido con el costo
financiero, quitándose esa carga de encima y, por otra parte, se han
incrementado considerablemente, los recursos federales, pasando de un
presupuesto estatal de 24 mil millones en el 2009 a casi 32 mil en el 2013. El
problema no queda ahí, ya que en esta administración se ha incrementado la
deuda y no hay obra.
Si los recursos provenientes de la federación han tenido un
aumento importante, cuestión que debe ponderarse, sin embargo, todos nos
preguntamos que se hace con ese dinero, ya que no existen obras visibles que
puedan constatar el correcto uso del erario público.
Por otra parte, en materia de seguridad nos encontramos bajo
condiciones lamentables, la inseguridad lejos de combatirse con eficacia, se ha
vuelto parte de la rutina diaria en la vida de los potosinos; el número de
ejecuciones en el estado en los últimos años es digno de compararse con las
regiones más violentas del mundo, el incremento de los secuestros, la
extorsión, el cobro por derecho de piso y, las desapariciones forzadas, donde
se ha incriminado a policías, aunado a la corrupción y la impunidad, es una
cuestión presente y sin respuesta de la autoridad, por el contrario, se molesta
si se le cuestiona.
Además las decisiones producto de venganzas y rencores que
han dado pie a persecuciones y encarcelamientos de carácter político, nos lleva
a comparar un ejercicio del poder con rasgos fascistas, lleno de incertidumbre,
alejado del estado de derecho, acotando cada vez más las libertades y sin que
nadie se atreva a pedir cuentas.
No se han construido los escenarios, ni tampoco ha existido
la voluntad para un crecimiento y desarrollo de la entidad, quizás en la
capital por sus circunstancias inerciales y estratégicas han llegado algunas
inversiones a pesar de esta administración, sin embargo, la ciudad ha perdido
calidad de vida y se encuentra en deplorables condiciones, así que podemos
imaginarnos lo que ocurre en el interior del estado, en sus diversas regiones,
donde la gente con posibilidades económicas ha huido de ahí, para refugiarse en
zonas más tranquilas, pues ni existen oportunidades, ni obras, ni esperanza de
desarrollo.
La honestidad de los funcionarios prácticamente de todos los
niveles se encuentra sumamente cuestionada, sin controles ya que no existe
fiscalización, todo queda entre cuates, protegiéndose unos con otros, el mismo
Congreso con una mayoría priista, disciplinada, complaciente y a las ordenes
incondicionales de su jefe, ni siquiera se han atrevido a la transformación
política del sistema caciquil imperante, simplemente esperan sean reconocidos
por su obediencia y recompensados en el futuro con algún otro puesto.
Se han tenido que aguantar las regañadas y los desaires,
pues el ejecutivo ni siquiera se ha dignado a asistir a los informes del
Congreso y simplemente considera a ese poder como una más de sus secretarias.
El compromiso fue quitar impuestos y, en la práctica se han
puesto y conservado algunos de los mas injustos como el de la tenencia
vehicular. Se hablo de transparencia y la información se esconde, de austeridad
y ahora debemos mantener hasta dos casas, la de gobierno y su residencia particular,
hasta las vacaciones se pagan con recursos públicos.
Lo anterior se comenta de manera cotidiana en los cafés,
oficinas, hogares de muchos potosinos, en las plazas públicas, en fin,
prácticamente en todas partes. Es un termómetro que no ignora la parte oficial,
pero que ha hecho mutis, un silencio que ahonda mas el sentimiento de no saber
a dónde vamos. Se especulo que los esfuerzos serian encaminados a los segmentos
más necesitados, pero esa parte tampoco ha disminuido, en consecuencia, la
frustración de muchos potosinos ha aflorado.
Se requiere un alto en el camino, una corrección del rumbo,
que se escuche a la gente y se trabaje con, por y para los potosinos. ¿que
esperamos del cuarto informe de gobierno? Lo menos, que se hable con la verdad,
con franqueza, que se reconozcan los resultados adversos, que sea un verdadero
ejercicio de rendición de cuentas y no el escenario faraónico bajo la consigna
de premiar el aplausometro.
Aunque dice el refrán que no se pueden pedir peras al olmo,
aun conservo la esperanza de un San Luis mejor, que los gobernantes sirvan para
servir, vengan de donde vengan.
ASI ES ALEJANDRO MUCHOS POTOSINOS ESPERAMOS UN S.L.P. MEJOR, NO QUEREMOS UN GOBERNADOR QUE CONVIERTA TODO EN ORO CON SU VARITA, PERO ESTE GOBIERNO RALLA EN LA MAJADERÍA, SON CHINGADERAS TENER UN GOBIERNO PENDEJO, ESTÚPIDO, TORPE, INEPTO, HUEVON, UNO POR VIEJO Y CASCAJO Y EL OTRO POR JOVEN Y TORPE, PERO AL FINAL NO DAN UNA, MAL SEA ALA HORA EN QUE VOTAMOS POR ESTE MIERDA DE FUNCIONARIOS CULEROS RATEROS, ASI COMO DEL LEGISLA TIVO MAL HORA, SI BIEN DICEN QUE S.L.P. SE DAN LOS MAS BRUTOS FUNCIONARIOS Y RATEROS, SOLAPADORES.
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