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Ramos Medellín refirió que en la madrugada del sábado 12 de marzo DEL AÑO 2011, circulaba por el bulevar Españita, entre el Estadio y Salvador Nava, cuando una camioneta de la DGSPM se le cerró y cuatro policías embozados lo hicieron bajar con lujo de violencia.
- Al día siguiente, acudió con el comisario Juan Felipe Sánchez Rocha a denunciar los hechos, quien le confesó que desde hacía unos meses, tenía varias quejas de esa nueva forma de atracar, por lo que le propuso poner su queja primero al interior de la corporación con el sub director jurídico de la corporación, Juan Manuel Frías, después lo haría ante el Ministerio Público.
- El funcionario municipal le promete que revisará videos, fotografías e investigará a quién pertenece el cajón 26. Después, a casi dos meses del asunto, cuando el afectado pide informes de los avances, Juan Manuel Frías le dice que se le “perdieron” sus datos.
CIUDAD DE SAN LUIS POTOSÍ, MÉXICO.- El ex diputado local y Presidente de la Asociación Política “Coordinadora Ciudadana”, Arturo Ramos Medellín denunció que a casi dos meses que fue asaltado y prácticamente secuestrado por policías municipales, el comisario Juan Felipe Sánchez Rocha no ha hecho nada por investigar el caso, incluso, le avisaron que se les “perdieron” sus datos.
Ramos Medellín refirió que en la madrugada del sábado 12 de marzo del año 2011, circulaba por el bulevar Españita, entre el Estadio y Salvador Nava, cuando una camioneta de la DGSPM se le cerró y cuatro policías embozados lo hicieron bajar con lujo de violencia.
“Les pregunté de qué se trataba, que no había consumido alcohol y que no había cometido ningún delito, pero ellos con insultos me quitaron el nextel, un celular, mil 500 pesos que traía en la cartera y comenzaron a sacar mis tarjetas”, agregó.
El ex diputado de Acción Nacional dijo que los policías se hablaban en claves, alcanzó a ver que la camioneta no traía placas y que el número de la misma lo habían tapado con algo que no distinguió, porque a partir de ahí lo obligaron a ir con la cabeza agachada. Lo subieron a la patrulla y le preguntaron que dónde había un cajero Bancomer –de la institución bancaria de donde era su tarjeta-.
Ramos Medellín contestó que en la Glorieta Juárez, pero los maleantes dijeron que ahí no, entonces enfilaron hasta Sendero, ahí le pidieron su nip, se bajaron algunos de ellos a sacar cinco mil pesos que tenía en la tarjeta, mientras otro lo mantenía boca abajo.
Después nuevamente tomaron el rumbo por donde lo habían bajado y antes de aventarlo de la patrulla, lo amenazaron con hacerle daño si decía que policías lo habían asaltado “me dejaron a unos cien metros de mi carro, que aún permanecía con las puertas abiertas, estaba yo muy asustado, pensé que me iban a secuestrar y a matar”.
Al día siguiente, acudió con el comisario Juan Felipe Sánchez Rocha a denunciar los hechos, quien le confesó que desde hacía unos meses, tenía varias quejas de esa nueva forma de atracar, por lo que le propuso poner su queja primero al interior de la corporación con el sub director jurídico de la corporación, Juan Manuel Frías, después lo haría ante el Ministerio Público.
También le ofrecen protección y llevar el caso hasta el procurador Cándido Ochoa Rojas, pero le piden discreción para evitar que el asunto llegue a los medios de comunicación y se "obstaculice" el trabajo de investigación.
Después de la denuncia en asuntos internos, el licenciado Frías defiende a los policías y le dice que ellos no andan embozados ni salen sin placas a trabajar; entonces Ramos Medellín recuerda que la patrulla traía en el tablero un letrero de “cajón 26”, que es el número donde un “alto mando” deja su vehículo particular afuera del edificio de la corporación.
El funcionario municipal le promete que revisará videos, fotografías e investigará a quién pertenece el cajón 26. Después, a casi dos meses del asunto, cuando el afectado pide informes de los avances, Juan Manuel Frías le dice que se le “perdieron” sus datos.
Por lo que el ex diputado decidió denunciar pública y penalmente este caso, no sin antes hacer responsables a las autoridades municipales de lo que le pase “porque creo que en estos asaltos y secuestros están involucrados altos mandos, no me explico de qué otra manera se pueden ocultar estos hechos y perder datos, expedientes y no hacer nada por investigar”.
En entrevista, dijo a La Jornada San Luis que en la madrugada del lunes, en la zona del libramiento poniente cinco elementos de la patrulla 1990 con placas 40339, “nos detuvieron que por faltas a la moral y por insultos a la autoridad siendo que yo nunca les dije nada”.
Al consejero lo acompañaba, Jesús Oliva Pérez, sacerdote de la parroquia de San Nicolás Tolentino. “Nosotros estábamos estacionados a orillas de la carretera, llegan los policías y bajaron a mi compañero con insultos y a golpes”.
