¡ERES UN DIOS, TEÓFILO!
SAN LUIS POTOSÍ, MÉXICO | César Camacho Quiroz llegó a San Luis Potosí, se creía, para poner orden pero terminó por abrir fuego y "sálvese quien pueda".
Llegó con una sobredosis de adrenalina en el cuerpo, tanto así que un carrujo de marihuana del D. F., le hubiera hecho un mejor efecto: "eres un Dios Teófilo, el Dios de San Luis Potosí", dijo, al encontrarse con el Senador Teófilo Torres Corzo, quien lo convidó a una comida de cuates en el diminuto restaurante del hotel Palacio de San Agustín.
Torres Corzo se apoderó de la organización del primer evento del líder del PRI, desplegó su estilo, dispuso del lugar, la comida y los invitados, entre ellos el empresario Vicente Rangel, que antaño se cuidaba de no asistir a eventos grillos.
Ni el más fiel de sus aduladores, jamás habría dicho una frase que endulzara los oídos del senador potosino hasta el éxtasis: “eres un Dios Teófilo”, pero César Camacho se lo dijo, y él se lo creyó.
El resto de la reunión fue para Torres Corzo, un no sé qué, que qué se yo, con maripositas en el estómago y toda la cosa.
César Camacho, dijeron algunos, debió sufrir de algún trastorno durante su viaje a tierras potosinas, que tuvo esa puntada de creer que el senador Teófilo era un Dios.
Minutos después en whatsApps, mensajes y correos electrónicos, el pitorreadero era de risa loca, hubo quienes se quisieron suicidar con galletas marías, otros con pizzas y los más extremos con una galleta oreo.
Ivón Ortega quien en muy bajo perfil acompañó al dirigente nacional del tricolor aplicó la estrategia de “calladita me veo más bonita” ella ya sabe cómo se pone el gober Toranzo cuando se le sube la bilirrubina.
La comida en el hotel palacio de San Agustín transcurrió entre bostezos de los asistentes, y la atención prioritaria a los dispositivos móviles, el gobernador no estuvo, no era necesario, el Dios de Camacho estaba en la mesa, y eso era suficiente.
El besamanos de costumbre dio paso al evento programado en el Auditorio Plutarco Elías Calles, donde se entregarían estímulos a 10 militantes, ocho en vida y dos post mortem, el profe Helios Barragán y el popular y carismático “rayo huasteco” don Jacinto Lárraga.
Algunos creyeron que el evento sería termómetro para ver cómo anda su popularidad, Juan Manuel Carreras, secretario de educación, y uno de los posibles candidatos a gobernador, llegó con un gran don de gentes, humilde, saludando a todo mundo, su educación y finos modos son su características, Mario García, el alcalde de la capital, llegó solo, cosa que sorprendió a muchos.
José Ramón Martell, que ha conservado a su grupo de amigos, y que además recibió un reconocimiento, llegó como en campaña, con un nutrido grupo de acompañantes.
Los tremendos abrazos, la tijera bien afilada, las fotos enviadas por dispositivos móviles para comentar el evento, el viejo y el nuevo PRI fundidos en un acto de arranque de campaña para los comicios del 2015.
Vino la presentación de los notables ubicados en el presídium, aplausos sin mucho entusiasmo, mencionan el nombre del gobernador Toranzo, y le hicieron el frío, hubo quienes se atrevieron a picarle la panza al tigre, lanzando ahogados abucheos, al fin que como dijo Gonzalo N. Santos: Toda multitud es plebe.
El discurso del dirigente Ángel Castillo, bien estructurado, pero soporífero, se alargó tanto que no sabía cómo cerrar, quiso lucir su amplio y nutrido lenguaje, comenzaron los mensajeos con el clásico: “córtale”, “ya cállate” pero el líder estatal estaba endiosado con su propio discurso, hasta que por fin el verdadero Dios escuchó las súplicas del respetable.
César Camacho, traía un cargamento de incienso, así que lo quemó, abrió fuego para que los suspirantes locales se den hasta con la cubeta, y los que queden vivos podrán aspirar a una candidatura, de lo que sea, con tal de seguir en el candelero.
Socarrones, algunos comentaron que César vino a declarar oficialmente inaugurados los juegos del hambre, versión tunera, para que los suspirantes se maten entre sí, y faciliten la designación del candidato.
El líder nacional primero le soltó la rienda al gober, y le lanzó elogios, pero más tarde le pidió que gobernara con espíritu priístas, entre discurso y palomazo, echó las campanas al vuelo, para adelantar que el partidazo ganará todo lo ganable en el 2015.
Fernando Toranzo, el gober que quiere ser dueño del partido, pero como ciudadano, pretendió un mensaje emocional, tuvo que tomar agua dos veces para ahogar sus emociones, la lagrima se asomaba, pero ni la Angelique Boyer, es tan mala para llorar en las telenovelas, como el gobernador ciudadano en los eventos priístas.
Ivón Ortega perdió hasta el apellido, frío, Toranzo la rebautizó como Ivón Pacheco, el señor está enojado porque la secretaria general del tricolor, estuvo en una reunión a la que asistió el comisionado de la policía federal Enrique Galindo Ceballos, a quien ahora se proyecta como precandidato a gobernador.
Aplauso forzado, abucheos ahogados, no es muy popular entre el priísmo el jefe del ejecutivo, lo que viene es lo mejor, la lucha descarnada por el control del partido y la selección de candidatos porque ha quedado claro que el PRI ya tiene un Dios.