SINOPSIS: LA VERSIÓN DE LA FISCALÍA SEÑALA QUE, LUEGO DEL CRIMEN, EDUARDO MOVIÓ EL CUERPO DE SU AMIGO, SACÓ UN CUCHILLO Y LO COLOCÓ SOBRE LA PALMA DE SU MANO DERECHA, EN SEGUIDA SE LAVÓ LAS MANOS, FUE AL CUARTO DE LAVADO, DESPUÉS A SU HABITACIÓN Y SE DIO UN BAÑO. A LAS 5:40 DE LA MAÑANA FUE, CAMINANDO, HASTA LA CASA DEL MAESTRO FEDERICO GARZA HERRERA, PROCURADOR GENERAL DE JUSTICIA Y LE PIDIÓ AYUDA, PUES, SEÑALARON, “HABÍA HERIDO A ALGUIEN CON UNA PISTOLA”, EL PROCURADOR LLAMÓ AL COMANDANTE CASTILLO CELESTINO A LAS 5:47 PARA QUE ATENDIERA EL CASO, 6:06 LLEGÓ AL LUGAR EL JEFE DE LA POLICÍA MINISTERIAL.
FUENTE: http://www.codigosanluis.com/
San Luis Potosí, México. 13 │ 05 │ 2017 │ ● Cuando entramos a la sala de los Juicios Orales, Eduardo Hernández Janet, ya estaba ahí. Las salas de juicios orales de San Luis Potosí no son la gran cosa, bien podrían pasar como una copia mal lograda de las salas de juicios de las películas gringas. Una división de vidrio separa el cuarto, de un lado quince lugares para asistentes, cuatro más para periodistas, del otro lado, al fondo el lugar del juez, en este caso una mujer, los escritorios de defensores e inculpado y ministerio público.
Eduardo estaba acompañado de dos abogados, sus defensores, uno mayor, el otro joven. Vestía el uniforme de la prisión, café caqui, se le veía bien, no parecía el uniforme del penal, calcetines blancos, tenis azules con suela color naranja, que no dejaron de moverse, seguro por los nervios. Llevaba una barba de varios días y el cabello medio peinado, sin ningún químico fijador. Además del constante movimiento de pies, se le veía tranquilo, con la mirada fija al frente al lugar de la juez que decidirá su futuro, que ahora es incierto, a sus apenas 30 años de edad, no se sabe qué podrá pasar con él.
Los abogados y ministerios públicos vestían de traje. Los escritorios fueron rápidamente ocupados en libros de leyes, el expediente, peritajes, informes, computadoras.
Antes de iniciar, la escribiente da los datos de juicio, recuerda las reglas al interior de la sala, anuncia a la juez y anuncia “inicia la grabación”. La juez es una mujer de mediana edad, apareció tranquila, sin prisas, en su cara se reflejaba la paciencia de quien sabe que esa sería una audiencia larga.
Abogados y ministerios públicos se identifican, dan su nombre y el papel que tendrán durante el juicio, al final es el turno de Eduardo, dice su nombre, tranquilo, voz clara, firme, viril, pero tímido, sin presunciones.
La audiencia comenzó puntual, 10:40 de la mañana, iniciando, la defensa pidió un receso para revisar y analizar un peritaje entregado de último momento, la jueza lo concedió y volvió a citar al mediodía.
Abogados y ministerios públicos hacen, durante horas, una narración pormenorizada de los hechos ocurridos el pasado 4 y 5 de mayo. Eduardo se mantuvo todo el momento tranquilo, serio, sin mayor reacción que moverse en la silla, como si los hechos que narraron no fueran los que él protagonizó, como si la muerte de que buscan hacer justicia no fuera él el señalado como homicida, como si todo fuera una historia que apenas va conociendo.
Los abogados debatieron por horas varios puntos, lo que interpretaron por cadena de custodia, si la Policía Ministerial ingresó a la vivienda, lugar de los hechos, de manera ilegal, si el crimen fue cometido con ventaja y traición, coincidieron en un hecho, el homicidio fue consumado.
LOS HECHOS:
El pasado 4 de mayo Eugenio Castañón Elizondo, junto a un grupo de amigos, convivía en el restaurante bar Hanks, ahí encontraron a Eduardo. No quedó, en la audiencia, explicado si eran o no amigos de la infancia o conocidos de ocasión. Pasada la medianoche Eduardo invita al grupo a seguir la parranda en su casa, ubicada en el Club Campestre, sólo aceptan cuatro, entre ellos Eugenio.
A la vivienda llegaron a la 1:50 de la madrugada, Eduardo dio a sus invitados un recorrido por su casa que duró 45 minutos, después de esos tres de los cinco jóvenes se quedaron en la cocina platicando, dos más durmieron en una de las salas. Aproximadamente a las 3:30 de la madrugada del 5 de mayo deciden regresar a sus casas, Eugenio decide quedarse, a pesar de la insistencia de sus tres amigos, finalmente se queda, entre 3:40 y 3:50 se van y se quedan solos Eugenio y Eduardo.
En algún punto entre las 3:50 y las 5:30 de la madrugada ocurrió el asesinato. Eugenio recibió dos disparos de bala, uno entro por el rostro, junto a la nariz le fracturó el cráneo y le provocó la muerte instantánea. Según los ministerios públicos, la víctima, aún en vida, estaban sentada en un banco de la cocina, muy cerca de su victimario, cuando Eduardo le apuntó con la pistola, a menos de un metro de distancia, levantó los brazos, reacción natural del instinto de supervivencia. Luego del disparo, Eugenio se desplomó al piso, según dijeron, ya estaba muerto.
La versión de la fiscalía señala que, luego del crimen, Eduardo movió el cuerpo de su amigo, sacó un cuchillo y lo colocó sobre la palma de su mano derecha, en seguida se lavó las manos, fue al cuarto de lavado, después a su habitación y se dio un baño. A las 5:40 de la mañana fue, caminando, hasta la casa del maestro Federico Garza Herrera, procurador general de Justicia y le pidió ayuda, pues, señalaron, “había herido a alguien con una pistola”, el procurador llamó al comandante Castillo Celestino a las 5:47 para que atendiera el caso, 6:06 llegó al lugar el jefe de la Policía Ministerial.
Eduardo y el procurador viven en el mismo fraccionamiento, en pocos minutos Castillo Celestino y Eduardo entraban a la casa donde ocurrió el crimen. El comandante, al darse cuenta de que no se trataba de un herido, sino de un joven muerto, detuvo en flagrancia a Eduardo.
Continuaron peritajes de balística, químicas, de campo, la autopsia al cuerpo, fotografías, informes de los peritos y expertos en cada una de las ramas con que se analizan los hechos. El hecho es uno y todos coinciden, Eugenio murió por un impacto de bala.
Durante la narración de todos estos hechos, Eduardo continuó casi inmóvil en su silla, en ocasiones se inclinaba hacia adelante, en otras hacia atrás, se despeinó el cabello, se tocaba la nariz recién operada, se acicalaba la barba. Cuando proyectaron fotografías del cadáver, continuó inexpresivo, como si recién conociera los hechos, como si le contaran algo que hizo alguien más, como si él no hubiera estado presente en la tragedia, como si no fuera señalado como principal y único presunto homicida.
Una huella lo incrimina, el dedo índice de su mano izquierda quedó plasmado en el gatillo del revólver calibre 32.
Al final, la juez ordenó auto de vinculación, es decir, llevará el juicio en prisión, ahora Eduardo enfrenta un proceso por homicidio calificado con agravante de ventaja por lo que puede tener una condena de 30 a 45 años de cárcel.
Para concluir, la juez se dirige, por primera vez, a Eduardo, le pregunta si tiene algo qué manifestar, él sigue sin reaccionar, pero sigue moviendo, nerviosamente, los pies, “no, ninguna, fue su respuesta.
Ahora defensa y ministerio público tienen un plazo máximo de seis meses para desarrollar el juicio.
DÍA 1: JUICIO ORAL CONTRA “EL CAYEYO YUNIOR”. Lunes 23 de abril del 2019.
FUENTE: http://laorquesta.mx/
ESCRIBE ●María José Puente Zavala
Tras casi doce horas de audiencia arrancó el juicio oral que se sigue en contra de EL CAYEYO YUNIOR, quien el pasado 5 de mayo del 2017 asesinó a uno de sus amigos con un disparo en el rostro, a la altura de la nariz.
Mientras que la Fiscalía General del Estado, y el equipo jurídico de la víctima, persiguen una sentencia que podría llegar a los 45 años de prisión, la defensa del homicida ha solicitado que el delito se reduzca a una muerte provocada en riña, y que, por haber terminado con la vida de su amigo, EL CAYEYO vaya a prisión apenas entre 4 y 8 años.
Entre los testigos que ambas partes llamarán a declarar se encuentran Federico Garza Herrera, Fiscal General del Estado, y a quien EL CAYEYO recurrió en primera instancia tras haber cometido el crimen; además de José Guadalupe Castillo Celestino, titular de la Policía Ministerial.
Amigos de ambos jóvenes, así como el equipo de expertos que han participado de la investigación, también serán llamados a declarar como parte de las jornadas que se desarrollarán hasta llegado el momento en que el Tribunal considere conducente emitir una sentencia.
Durante la audiencia, la defensa del acusado hizo el intento de desestimar algunos elementos que conforman el caso que ha construido el equipo legal de la familia de la víctima; por ejemplo, se buscó reclasificar el delito para quedar solamente homicidio calificado con el grado de ventaja, y no homicidio calificado con el grado de ventaja y además el de traición.
En dicho apartado, los abogados del joven detenido argumentaron que no se configura la traición, puesto que este y su víctima en realidad no eran tan cercanos; además de que, aseguran, los defensores de la víctima, así como otros tribunales, incluso federales, incurrieron en irregularidades al agregar dicho calificativo.
También pretendió la defensa que sea anulado un cateo que se realizó en el domicilio de EL CAYEYO, pues aseguran no haber sido debidamente notificados para asistir al mismo, entre otras irregularidades como el hecho de que una de las peritos participantes en el caso no cuenta con la formación profesional requerida por la Ley, sino que se trata de una contadora.
Ambas incidencias fueron desechadas por el tribunal a cargo del caso; no así una última, también presentada por la defensa, para anular las pruebas obtenidas a partir del tratamiento post mortem del cadáver de la víctima, toda vez que, aseguran, no se permitió obtener un dictamen independiente derivado de un nuevo análisis de química forense.
Dicha incidencia, aunque no fue considerada como objeto de nulidad en dicha etapa del juicio, será valorada por el tribunal durante el desarrollo de las jornadas en que los testigos serán llamados al estrado, posterior a los alegatos de apertura de ambos equipos jurídicos.
Al cierre de juicio oral, la Fiscalía espera lograr una sentencia por homicidio calificado con el grado de ventaja y traición para EL CAYEYO, misma que le valdría 45 años de cárcel, el pago de una sanción por 4 mil 500 Unidades de Medida y Actualización, además del pago de una indemnización, apenas superior a los 300 mil pesos para la familia de la víctima.
Por otro lado, la defensa espera que el tribunal reclasifique el delito para retirar el calificativo de traición; además de que se acredite que el homicidio ocurrió como resultado de una riña entre ambos jóvenes y que, por el delito de homicidio calificado con el grado de ventaja, EL CAYEYO pase un máximo de ocho años recluido en La Pila.
DÍA 2: JUICIO ORAL CONTRA “EL CAYEYO YUNIOR”. Martes 23 de abril del 2019.
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En el segundo día de Audiencia de Juicio Penal en contra de Eduardo “N” EL CAYEYO, nuevamente la defensa tambaleó a la parte ofendida representada por la Fiscalía.
Durante el desfile testimonial se esperaba la comparecencia de seis testigos sin embargo por la importancia de la información brindada por algunos testigos sólo comparecieron dos y la audiencia se extendió por ocho horas.
El primero, el perito Ángel “N” el cual elaboró una animación con la mecánica de hechos, al ser interrogado por la Fiscalía dijo haberse basado en diversos dictámenes, fue mostrado a la Sala la animación realizada por el perito, en donde señaló una “ruta genética” es decir la sangre del occiso en varios lugares de la cocina, donde se supone sucedieron los hechos, incluso en la ropa del presunto.
Al momento del contra interrogatorio el abogado defensor logró tambalear al testigo de la Fiscalía por omitir en el informe datos importantes, el perito se excusó diciendo que fue un descuido atribuido a la carga de trabajo.
Después tocó el turno a una de las testigos más importantes, Celia “N” Perito en criminalística de la Fiscalía General del Estado, quién fue la encargada del dictamen de criminalística de campo, esto es el traslado el cuerpo del occiso, la toma de la secuencia fotográfica de los hechos para determinar la mecánica de los hechos. La Perito dijo haber llegado al Campestre el día 5 de mayo de 2017 a las 7:10 am a solicitud de la Fiscalía, que al llegar al domicilio preguntó quién había sido el primer respondiente y que Guadalupe Castillo Celestino, antes director de la Policía Ministerial ahora Comisario respondió a viva voz que él había sido. La Perito dijo al Tribunal no haber observado que el inmueble estuviera delimitado por la cinta amarilla. Después de eso la audiencia fue privada para salvaguardar la integridad del occiso pues la prueba no. 40, consistió en 5 fotografías donde se exhibía el cuerpo del occiso en el lugar de los hechos.
La testimonial finalizó a las 23:18 momento en el que se dio acceso al público y prensa.
EL CAYEYO lucía fresco en comparación con los abogados de ambas partes, sonriente y conversando con su abogado defensor Rafael Aguilar.
El día miércoles 24 de abril reanudará el juicio, se espera la comparecencia de testigos periciales y amigos de Eugenio “N” el ahora occiso.