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CIUDAD DE SAN LUIS POTOSÍ, MÉXICO.- La Universidad Autónoma de San Luis Potosí (UASLP) es un importante centro de poder: dos mil 200 millones de presupuesto anual y las ventajas e influencias sociales y políticas que de ahí emanan lo dejan claro.
Se trata de una institución pública que, sin embargo, ha sido manejada siempre por pequeños grupos de influencia, por camarillas de notables, así fue cuando el PRI era gobierno hegemónico en el país, así es ahora.
Aunque ahí se concentra lo mejor y más preparado de la inteligencia potosina, no se puede decir lo mismo de su nivel de politización y democracia interna.
La juventud universitaria es apática, desinformada y con casi nulo poder de decisión sobre las autoridades que la gobiernan y determinan su vida académica.
Por décadas, esa falta de cultura política ha beneficiado a quienes detentan el control y disfrutan los privilegios del “alma mater”, pues no les conviene que se democratice para seguir disponiendo del amplio poder político y económico que de ahí emanan.
El citado presupuesto de dos mil 200 millones de pesos anuales es más que el manejado por el Ayuntamiento de la capital, por ejemplo.
Otros beneficios paralelos para los que administran esos y otros recursos son la notoriedad social y las influencias y ventajas políticas que de ahí se obtienen.
Por muchos años, la UASLP era un trampolín político, de donde se nutrían las filas de políticos que también manejaban el estado desde los puestos públicos, dentro de lo que se conocía como PRI-Gobierno.
Luego de Alfonso Lastras y cuando la UASLP llegó a manos de grupos de derecha y ultraderecha, eso se detuvo un poco, pero ahora, en el 2012, algunos avizoran un posible regreso a tales costumbres, dada la candidatura a la alcaldía de la capital del ex rector Mario García Valdez.
García es un ejemplo (y una caricatura) de aquellos políticos del PRI-Gobierno. En ambiciones, este personaje es similar, pero en preparación política, cultura general e inteligencia, es un pobre bufón, un payaso de banqueta.
A los universitarios se les trata como borregos, se les imponen las cuotas a pagar, los planes de estudio a llevar, y las autoridades que los gobiernan.
De un total de 24 mil universitarios, sólo 52 deciden quien administrará los cuantiosos recursos y decidirá sobre su futuro académico, ya luego la suerte decide si el afortunado es una persona brillante, o sólo un barbaján, como el último rector.
En la Autónoma existe entonces una “democracia de elites”, donde votan sólo los representantes de cada sector, y la gran mayoría, la masa, permanece al margen.
Durante marzo, hemos tenido dos muestras grotescas de tal condición de analfabetismo político y falta de dignidad de la UASLP como ente público.
La primera fue la grabación donde escuchamos al ex rector Mario García expresándose con un léxico donde se trasluce no sólo una gran falta de inteligencia y de cultura, sino también un espíritu de verdulera y de ambiciosillo político que se expresa con vulgaridades y falta de decoro contra el gobernador del estado, la ex presidenta municipal y el presidente de la República.
¿Ese es el tipo de rector que merece una comunidad universitaria que se comporta y es tratada en política como menor de edad?
Seguro que no, dentro de la UASLP hay estudiantes, académicos y personal administrativo de gran valor, sensibilidad e inteligencia, pero que permanecen dormidos, dejando que los gobiernen tipos rastreros e inmorales como el citado ex rector.
Otra muestra de esa falta de capacidad de decisión y de involucramiento en los asuntos que les competen en su vida universitaria se dio a conocer hoy mediante una encuesta.
En tal sondeo, levantado el 14, 15 y 16 de marzo, se revela que dentro de la comunidad de estudiantes, de académicos y de personal administrativo, el 94 por ciento no sabe cuándo deben elegir al nuevo rector.
Además, el 81 por ciento no tiene idea de cómo se elige dicha autoridad; es decir, tal porcentaje de universitarios no sabe con qué método ni con el voto de quienes se llevan a cabo tales comicios internos.
Dentro de esos resultados, no extraña entonces que el 42 por ciento simplemente no haya contestado cuando se les preguntó si sabían cuáles eran los candidatos o aspirantes a dicha rectoría.
Sin embargo, los resultados a otras dos preguntas específicas arrojan una luz, una esperanza de cambio, de democratización y transparencia para la UASLP.
Esto puede deducirse de la encuesta cuando se les pregunta a los entrevistados si les gustaría que los candidatos a rectores expusieran su plan de trabajo. El 96 por ciento respondió que sí.
Mientras que un 88 por ciento se muestra a favor de que los aspirantes hagan una campaña seria solicitando el voto de estudiantes, académicos y empleados administrativos.
Es decir, donde todos pudieran evaluar propuestas y votar, ser tratados como universitarios, no como borregos.
La esperanza y la necesidad de cambio existen, falta la respuesta de la comunidad….
Las cosas como son...
CIUDAD DE SAN LUIS POTOSÍ, MÉXICO.- A través de un método que resulta a todas luces antidemocrático y de un total cercano a los 24 mil universitarios, sólo 52 entre alumnos, maestros y directores elegirán al nuevo rector de la UASLP.